miércoles, febrero 19, 2014

UNA HISTORIA DE AMOR EN BERLÍN

Hace unos meses, asistí al estreno de la nueva obra de Casa Inverso, cuya segunda temporada llega a su fin este sábado 22 de febrero.
El artista domina su medio cuando es capaz no solo de hacer una obra que funcione mediante los paradigmas establecidos, sino cuando puede utilizar ese medio para comunicar un sentimiento, una sensación y/o una postura personal acerca de un tema, al tiempo que desarrolla ante el espectador un estilo propio. El peligro que corre el artista es el de no hacer evolucionar su estilo, sino convertirlo en una fórmula.
Ese es el miedo que yo tenía al ir a ver el estreno de Una Historia de Amor en Berlín, un nuevo esfuerzo de dramaturgia original y dirección por Manuel Parra.

La obra trata sobre un joven en una etapa en la que debe enfrentarse al dolor de los cambios, del desamor, a lo idílico del amor, a la aceptación de la muerte, la incertidumbre del destino y a la dicha y condena de sus decisiones. Es una historia de lo que conlleva el amor, incluyendo el dolor, mas que sobre el amor mismo, y además, un dramaturgo al parecer desnudándose y vulnerándose ante nosotros.

La obra es movida por los actores Olaff Herrera y Paloma Padilla para ilustrar de manera creativa esta historia. La química escénica entre ambos es notoria y disfrutable, me parece una muy acertada decisión artística usar a una pareja real, ya que, indudablemente, esto da un "algo extra" a la puesta que probablemente no estaría con una pareja de actores sin relación personal y con toda la técnica.

Olaff y Paloma brindan interpretaciones naturales, bien sustentadas en el análisis de los personajes.
Olaff sobre todo me dio una sorpresa, habiéndolo visto en tono y estilo adecuados, con una actuación muy precisa, mientras que a Paloma aún le faltaba un esfuerzo para lograr funcionar al cien porciento.
Es muy grato ver un estilo de actuación con una media justa entre el cuerpo, la emoción y la cabeza.

El escenario, como se acostumbra en Inverso, es simple, frugal, pero utilizado con creatividad para contar mucho con poco, demostrando que no son necesarias las grandes producciones para contar una historia que deje una impresión perdurable.
La puesta en escena es totalmente unitaria con lo que la dramaturgia cuenta y ninguna de ellas contiene efectismos. Utiliza una pared central, dos puertas y el espacio escénico para comunicar semióticamente la lejanía o cercanía de los personajes, según el caso. Esto se ve incrementado por el formato pequeño de teatro, que da una relación mas cercana e íntima con el espectador; la misma dramaturgia hace uso adecuado y no excesivo de ello.
El espacio escénico además es muy agradable con el público. Uno tiene la sensación de estar en una de esas pequeñas salas de teatro, en tiempos de los nuevos migrantes italianos en Nueva York, donde montaban salitas en bodegas y ponían obras con elementos mínimos. Esa sensación de que la audiencia es importante, tal vez mas que la obra, porque no está puesta en un lugar grandilocuente.

Sin embargo, la obra, en su primera función tenía dos grandes fallos:
-Se volvía floja durante el desarrollo del segundo acto, debido a que algunas escenas se extienden demasiado.
-Paloma parecía esforzarse demasiado por interpretar a sus personajes en algunas de estas escenas y eso saca por un momento de la ficción. El peso mayor de la obra cae sobre ella, debe interpretar varios personajes y parecía que no se lograron la soltura física y de voz que se requería para ello, pudiendo confundir al espectador, según opiniones que he tomado.

En fin de todo, la obra es dramaturgia de calidad, teatro honesto y legítimo, que produce una emoción perdurable con minimalismo.
Es grato ver que hay teatro local que se preocupa por contar historias originales desde su autor, en vez de recurrir a la legitimidad fácil que ofrecen los dramaturgos famosos, práctica que solo reduce el espectro creativo y el capital artístico del país.

Con Tonic, Precipitación y esta obra, Inverso está desarrollando un estilo propio que aún no se ha convertido en una fórmula, porque, aunque algunos elementos se repiten, también encuentran nuevas maneras de utilizarlos.
Celebro esto, esperando que sigan así, evolucionando y transformándose sin perder el piso, las ganas de avanzar y la congruencia para su teatro, que es nuestro teatro.
Espero que la siguiente obra vuelva a dar un giro, proponga y sobrepase los límites que ellos mismos se establecieron, para no estancarse en una zona de comfort.
Si esto sucediera, yo seré el primero en expresarlo.

Esta historia de amor se presenta en fin de temporada este sábado a las 8:30 de la noche en Casa Inverso.
Es importante reservar, porque el cupo es limitado.

Habrá que ir a verla, para descubrir cómo ha quedado la obra pulida, después de varias funciones.

3 comentarios:

  1. A veces en el Teatro menos es mas en la producción, pero una deficiencia en el diseño o la pérdida del personaje, aunque esos sean múltiples, no son aceptables.

    ResponderBorrar
  2. Queeeé?? No bueno, super claro tu comentario Patronato del Conservatorio. Sergio Ibarra.

    ResponderBorrar